Ni un día de gracia le otorgó la oposición socialista al gobierno de Coalición Canaria y Partido Popular en el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. Ni falta que le hace, se podría decir, pero, a pesar de las adversidades propìas del ejercicio de la política en cualquier esfera de poder, ya sea local, ya se regional, ya sea nacional, no cabe perder las formas, incluso cuando ese gobierno es el resultado de la censura de uno precedente. La ex acaldesa socialista, Lola Padrón, nunca perdonará a nacionalistas y conservadores la afrenta que representó su desalojo de la Alcaldía, en virtud de una moción de censura, que, sin acritud, sostengo que se la había ganado ya a pulso desde que suscribió el pacto contra natura con el Partido Popular, y que una política errática lo confirmaría en octubre del pasado año. El actual alcalde, Marcos Brito, expone su balance de cien días de gobierno, que, por cierto, lejos de ser un jardín de rosas, se ha encontrado con muchas espinas, pero que, a grandes r
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